Antes de proponer mi propia utopía, me gustaría aclarar el concepto de esta palabra. Se refiere a un ideal que se persigue, inalcanzable, pero que ejerce una función de guía. Se trata de proponer un modelo, considerarlo como ideal e intentar llevarlo a cabo de la mejor de las maneras posibles.
Personalmente, mi utopía consistiría en considerar a todo el mundo por igual y que el poder se ejerciera de una manera equilibrada y compensada, siendo todo el mundo partícipe. Podríamos hablar de democracia. El principio que reinaría en este sistema sería la igualdad, seguido de la justicia. Yo considero estos factores fundamentales para el buen funcionamiento de un sistema o institución ya que, sin ellos, sería difícil controlar a todo el mundo.
Pero en todas las sociedades aparecen problemas. Para su resolución, dominaría el uso de la “palabra”. Ella sería la herramienta indispensable para conseguir la igualdad. Nunca habría que recurrir a ningún otro de principio que no sea ese.