lunes, 2 de mayo de 2011

La historia de las cosas



Según este video, todos los productos de los que hacemos uso están dentro de un sistema llamado “economía de los materiales”. En él, todos los productos pasan por una serie de eslabones, muchos de los cuáles son perjudiciales para las personas. Pero lo que ocurre es que todo este “trabajo sucio” no es mostrado a la población, sino que está oculto. Y digo” trabajo sucio” porque todo se hace con el fin del dinero, sin importar los medios que tengas que utilizar y, en muchos casos, echar a perder. Las personas no nos damos cuenta de todo este sistema y solo estamos pendientes de comprar.
Dentro de este sistema, hay unas personas más importantes que otras, y esto es algo innegable. En la cima de todo está el gobierno. Ellos son los que mandan explotar los recursos para extraer materiales para la construcción de productos. Pero esta extracción es masiva, y se están agotando los recursos. Y cuando se agotan los recursos de un país, se toman los de otro país. Y así hasta que acabemos con el planeta entero. Para llegar a los productos que nosotros consumimos cotidianamente, se usan productos que nos perjudican. Y las personas que trabajan con estos productos son personas que no tienen otra opción.
Hemos llegado al extremo de convertir el consumo en nuestra forma de vida. Buscamos la satisfacción en las cosas materiales y esto, nos provoca una satisfacción pasajera que nos incita a volver a comprar.
También hay que mencionar la obsolescencia programada, que consiste en construir los productos de manera que se conviertan pronto en basura y duren poco. En esto se basa la sociedad de consumo, ya que aumenta de forma considerable la compra de los productos.
El problema que yo encuentro es que a todas las personas en general solo les interesa el dinero, y no miran por otro lado. Está claro que el mundo gira en torno a él, en torno al dinero. Pero la pregunta es: ¿hasta dónde vamos a llegar priorizando el dinero?
Al ritmo que vamos, parece que esto no tiene fin. Como sigamos así acabaremos pronto con el planeta. Está a la vista que las personas hacen cualquier cosa por el dinero, incluso provocar la explotación de otros. La única solución que yo veo es cambiar la mentalidad de las personas. Hay que cambiar el modo que tenemos de ver la vida, en el sentido de que consumir es lo primero. Pero esto no es tarea fácil. Para ello sería necesario mostrar al mundo todo lo que conlleva esta “economía de los materiales”, en cuanto se refiere a la extracción y a la producción. Quizás así se conciencien las personas de todo esto.
En mi opinión, yo pienso que estamos en estado de alerta, ya que solo miramos por el dinero y no miramos por el lado humano, y así no llegaremos muy lejos.  La situación va en aumento y hay que poner solución cuánto antes.

La Ola

·         Título: La Ola
·         Año: 2008
·         Director: Dennis Gansel
·         País: Alemania
·         Duración:  107 min
·         Género: Drama
Argumento:  Durante un proyecto semanal, Rainer Wenger, profesor y entrenador de waterpolo de un instituto de Alemania, enseña a los estudiantes de su clase el tema de la autocracia como forma de gobierno. En un principio, los estudiantes piensan que no sería posible la vuelta a una dictadura en la Alemania actual, pero más adelante se verá que esto  puede ocurrir más fácilmente de lo que ellos piensan. El profesor decide empezar un experimento con sus alumnos para demostrar lo fácil que es manipular a las masas. Crea un grupo de alumnos mediante la disciplina, pero Wenger acaba perdiendo el control de la situación, convirtiéndose su grupo en radical. Al final, muere uno de sus alumnos y el profesor es arrestado por la policía.
La pregunta que me planteo después de ver este film es la siguiente: ¿Es posible que en un país desarrollado, ya sea Alemania o cualquier otro, se pueda volver a implantar un gobierno dictatorial?
Bien, la pregunta es sencilla, pero la respuesta no tanto. Si nos atenemos a la película está claro que sí. Si pensamos en la vida real, lo más intuitivo es decir que no. Pero si nos paramos a reflexionar, puede ser que sí, ya que si nos vamos dejando influenciar y persuadir por los demás al final acabamos llegando a extremos tan radicales como los mostrados en la película, y probablemente sin darnos cuenta. Entonces, de todo esto surge una pregunta: ¿hasta qué punto nos dejamos influenciar las personas por las grandes masas?
Los seres humanos tenemos la capacidad de escuchar a los demás y aprender de ellos. Pero tenemos que aprender a coger esa información que nos dan y a procesarla nosotros mismos, extrayendo nuestras propias conclusiones. Pues bien, lo que sucede en muchos casos es que las personas cogen la información y no son capaces de procesarla, sino que creen todo lo que dicen. Y al final, vas repitiendo este proceso muchas veces y, sin darte cuenta, has sido convencido por otros que quieren que actúes como ellos quieren. Y así es como pueden influir en nosotros los políticos y llegar a una dictadura.
En mi opinión, yo pienso que todas las personas debemos aprender a procesar la información para no dejarnos influir por los demás, y así nunca actuaremos de una forma que no queremos y de la que más tarde nos arrepintamos. Tenemos que tener seguridad en nuestras propias ideas y tener la precaución de no dejarnos engañar por los demás, porque siempre será en su beneficio.